El fútbol es un estado de ánimo. Buen ejemplo fue el empate que firmaron Croacia y Albania (2-2) en Hamburgo, un partido que tuvo como gran protagonista a Gjasula, que pasó de marcarse un gol en propia puerta que certificaba la remontada del conjunto ajedrezado a arañar un punto sobre la bocina con un tanto en el minuto 95.
Albania y Croacia se daban cita en el Volksparkstadion de Hamburgo y lo hacían con la extrema urgencia de sumar los tres puntos, ya que de no hacerlo, decían muy probablemente adiós a esta Eurocopa. Ambos cayeron ante Italia y España respectivamente en dos encuentros donde no mostraron sus mejores prestaciones, especialmente los croatas, quiénes nos tenían acostumbrado a una versión agresiva, combativa y muy efectiva en las últimas fases finales.
Los croatas tenían mucha más presión que su rival por sumar los tres puntos. Por ello, desde el primer minuto de partido se demostró la propuesta ofensiva y los de Zlatko Dalic salieron más enchufados que su rival. Pero quizás esa presión añadida les jugó en contra, pues Albania dio el primer golpe con el 0-1 de Laci en el minuto 10. El jugador del Sparta de Praga apareció desde segunda línea y remató un gran centro de Asllani. Las gradas del Volksparkstadion estallaban de alegría con el tanto.
