Joan Laporta afirmó que las decisiones arbitrales perjudicaron al Barcelona en su eliminación ante el Inter de Milán en el partido del martes en Milán por la Champions League.

El presidente del club fue más allá de las quejas de Hansi Flick, criticando duramente la actuación del árbitro polaco Szymon Marciniak y lamentando que, debido a estas decisiones, se frustrara su lucha por alcanzar la final de Múnich.Versión 2 (Con un ligero énfasis diferente):Tras la eliminación del Barcelona a manos del Inter de Milán en Milán el martes, Joan Laporta señaló directamente a las decisiones arbitrales como factor perjudicial para su equipo en el encuentro de la Champions League

El presidente del club catalán se mostró incluso más crítico que Hansi Flick, aludiendo a que su aspiración de llegar a la final de Múnich se vio truncada fundamentalmente por un arbitraje que les resultó muy adverso, en referencia a la actuación del colegiado polaco Szymon Marciniak.

“Este es un momento duro para todos nosotros”, reconoció Laporta, explicando que la final de la Champions “la teníamos muy cerca y no pudo ser”, afirmando que, sin embargo, “he visto al barcelonismo orgulloso del equipo y eso nos da fuerza. Hay que recuperar la mentalidad para ganar la Liga”.

Laporta agradeció el apoyo de los “más de 4 mil aficionados que estuvieron en Milan” (el desplazamiento más númeroso de la historia del club en un partido de Champions al margen de las finales), pidió que se mantenga este espíritu “para ganar la Liga”, mostró todo su aliento al equipo de Flick “que se lo merece todo”.

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El entrenador del París Saint-Germain (PSG), Luis Enrique Martínez, comentó este martes que el partido de vuelta de las semifinales de la Champions con el Arsenal será diferente al del Emirates Stadium. Lo describió como bastante parejo, pese al triunfo de la ida, el objetivo no es otro que ganar el partido.

«El partido va a ser complejo, aunque los partidos de vuelta nunca son como la ida. Repetiremos los mismos aspectos como ser agresivos y tener personalidad con el balón. Será un partido bastante parejo. Y si el partido no sale como queremos, seremos competitivos e intentaremos comportarnos como lo hicimos desde el primer minuto en Londres», afirmó el entrenador del PSG en la rueda de prensa.

Luis Enrique señaló que el partido es una cita especial y que esa es la mentalidad que el equipo necesita tener. «Estamos aquí porque lo merecemos y nos lo ganamos gracias a todo lo que hicimos durante la temporada. Ganamos este primer partido y ahora el objetivo es ganar el segundo», agregó.

El asturiano explicó que el equipo está viviendo un año de crecimiento futbolístico, que también se nota en términos de confianza. «Nuestro objetivo en los próximos años será seguir mejorando nosotros mismos, este proceso y este equipo. Estamos viviendo una gran revolución y queremos seguir quemando etapas y mejorando los resultados de la temporada pasada», añadió.

«Honestamente no creo que haya una sola línea en el equipo que sea superior a las demás, es una de las grandezas de este equipo del PSG. Independientemente de los jugadores que falten el equipo claramente tiene la habilidad suficiente para ser competitivo en cualquier partido», alabó Luis Enrique.

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Una sola frase resume lo que ocurrió en Italia: bendita Champions League. Tras el 3-3 en la ida, el Inter le ganó 4-3 al Barcelona en el Giuseppe Meazza y se metió en la final en una noche inolvidable. Los goles de la heroica clasificación los marcaron Lautaro Martínez, Calhanoglu de penal, Acerbi y Frattesi. Los catalanes, que coqueteó con la hazaña, respondió con tantos de Eric García, Dani Olmo y Raphinha.

Fue un duelo no apto para cardíacos. El Neroazzurro salió a imponer condiciones desde el inicio: agresivo, intenso, con una presión alta que desdibujó por completo al Barça. A los 20 minutos, Lautaro rompió el cero tras una gran jugada colectiva, y en la última de la primera parte, un polémico penal sancionado vía VAR sobre el propio Toro fue transformado en gol por Calhanoglu. El 2-0 parecía lapidario.

Pero en el complemento cambió todo. El Inter se replegó, cedió la iniciativa y el Barcelona lo aprovechó. En apenas 15 minutos, Eric García y Dani Olmo empataron con dos golazos que enmudecieron el Meazza. Los de Hansi Flick fueron por el tercero, pero se toparon con un Sommer monumental, que sostuvo el empate con dos atajadas espectaculares. Resistió hasta donde pudo. A los 87, un rebote le cayó a Raphinha, que no perdonó y desató el delirio culé, para festejar lo que parecía el boleto a la final garantizado.

La prórroga comenzó entre el miedo y el temor de ambas parte a cometer un error, sin embargo, fue el Inter el que se llevó el gato al agua. Thuram cazó un balón en banda derecha con el que dejó sentados a Araujo y Gerard Martín, la puso en el área donde recibió Taremi que la dejó de cara para que Frattesi solo tuviera que empujarla a la red.

La segunda parte de la prórroga se convirtió en un duelo de pistoleros entre Sommer y Lamine Yamal al más puro estilo Far West. Hasta en tres ocasiones se cruzaron uno con el otro y en todas logró salió vencedor el portero suizo. Por tanto, el Inter estará en Múnich después de un partido agónico. El Barça cae con honores y promete venganza

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