El futbolista brasileño Pelé fue enterrado en la ciudad portuaria donde comenzó su carrera hace casi 70 años, con el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, volando para lamentar la “pérdida irreparable”.
Pelé, quien murió la semana pasada a los 82 años, anotó la mayoría de sus 1.283 goles con el club de fútbol Santos y fue en un cementerio cerca del estadio Vila Belmiro del equipo donde fue enterrado el martes por la tarde después de una emotiva procesión de tres horas por la ciudad.
“Este es un momento tan difícil… pero sentimos un gran honor y orgullo”, dijo el hijo de Pelé, Edinho, a los periodistas después de que enterraran a su padre. “Ahora, descansará”.
El cortejo fúnebre de Pelé de ocho millas a través de Santos, que atrajo a miles de residentes afligidos a las calles, siguió a un velorio público de 24 horas en el terreno donde se había hecho un nombre cuando era adolescente en la década de 1950.
Más de 230.000 dolientes de todo Brasil desfilaron frente al ataúd de Pelé después de que comenzara el velorio a las 10 a. m. del lunes, expresando adoración y pesar por el fallecimiento de una leyenda del deporte que ganó tres Copas del Mundo y se convirtió en la tarjeta de presentación internacional más famosa del país.
